La inteligencia de negocios trabaja impulsada por un objetivo fundamental: la necesidad de las organizaciones de aumentar su competitividad.

     Las tecnologías analíticas destacan lo relevante sobre lo accesorio, permitiendo dedicar recursos en los frentes que exigen las acciones inmediatas para ganar competitividad.

     Esto es todavía más cierto en los períodos de crisis, cuando las empresas se abstienen de comprar todo aquello que no sea absolutamente imprescindible. Sin embargo, el Business Intelligence lo es.Se trata de las más potente arma competitiva de la que disponen las empresas para ayudarlas a tomar decisiones críticas en su organización. Que nuevos productos debo lanzar , debo abrirme a nuevos mercadso, en que áreas debo reducir costes, cómo conozco las lineas de negocio más maduras y cuales en crecimiento, cuales son mis principales competidores y como puedo competir con ellos de una forma más efectiva...

     Todo ello, debe apoyarse en una relación directa con los objetivos de la organización, con una visión clara del Business Intelligence y una serie de fases y metodología a realizar para conseguir dichos objetivos con éxito.

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